Rodrigo Rato y Figaredo, ex Vicepresidente primero y segundo del Gobierno, ex Ministro de Economía, ex Director Gerente del F. M. I, ex Presidente de Bankia y de B. F. A. y, presumiblemente en pocas horas, ex detenido, ha sido lanzado, de nuevo, a la arena mediática por la acusación de la Fiscalía de Madrid en torno a unos presuntos delitos de fraude fiscal, blanqueo de capitales y alzamiento de bienes.

Con la racha de escándalos que llevamos en lo que va de año, daba la impresión de que ni el Caso Bankia, ni las Tarjetas Black , ni lo que no puedo por menos que llamar crimen contra los preferentistas, ni el Pago de Lazard  iban a causar la menor mancha en el sempiterno inmaculado traje de nuestro afamado. ¡Cuán equivocado estaba! El vaso ya debía de estar que rebosaba pues no ha hecho falta más que una acusación por fraude al fisco para obtener un registro, tanto de su domicilio como de su oficina, y, además, facilitándole al buen hombre el transporte en coche oficial (supongo que será por la costumbre), puesto que andar quinientos metros bajo abucheos tiene que resultar agotador.

¡Con Hacienda hemos topado! O con Aduanas, que el asunto aún no está claro. Suerte tendremos si el secreto de sumario decretado se levanta en breve, si bien ya ardo en deseos de ver los titulares de mañana, y eso que el día aún no ha empezado. ¿Qué llegaremos a descubrir esta vez? 

El blanqueo de capitales exige que los fondos decolorados provengan de un delito, ergo, sería previsible que, de tener fundamento la acusación, bien se le imputen nuevos delitos o bien afloren nuevos imputados. ¿Será este el inicio de otra macrocausa? A este paso van a tener que salir los funcionarios de los juzgados para que puedan entrar los papeles.

Por su parte, el alzamiento de bienes exige causar un perjuicio a los acreedores del alzado. ¿Rato estará endeudado? ¿Habrá ocultado bienes o eludido pagos? ¿Quién será el acreedor afectado?

Y el fraude, ¡ay el fraude!, que requiere un engaño bastante, una maquinación fraudulenta, un artificio constante… ¿Será el timo del toco-mocho o se descubrirá una gran operación multinacional? ¿Se habrá aprovechado de los conocimientos únicos que obtuvo en el Fondo Monetario Internacional o de la experiencia financiera que adquirió siendo Ministro de Economía y Presidente de Caja Madrid y Bankia? ¡Para que luego digan que en Derecho no se aprenden números!